Biblioteca de instantáneas_09

“Se sentían tan bien que hasta las hoscas ortodoxias del arte conceptual parecían formar parte de la diversión, como un serio muestrario del trabajo de los alumnos en un día de puertas abiertas de un colegio. A Perowne le gustó el «Cobertizo que explota» de Cornelia Parker: una construcción llena de humor, como una idea brillante que erupciona en una mente. Entraron en una sala de Rothko y durante varios minutos sintieron un sosiego placentero entre las losas gigantescas de violeta oscuro y anaranjado. Después entraron por un portal amplio en la galería contigua y toparon con lo que al principio les pareció que era otra instalación. Parte de ella sí lo era: un montón bajo de ladrillos. Más allá, al fondo de la vasta sala, estaba el primer ministro y, a su lado, el director del museo. A seis metros de distancia, en las cercanías de los ladrillos, nominalmente contenido por un cordón de terciopelo, estaba el cuerpo de prensa treinta fotógrafos y reporteros y lo que parecían ser funcionarios del museo y personal de Downing Street. Los Perowne habían entrado en un momento de extraño silencio. Blair y el director sonreían y posaban para las cámaras, cuyas fotos incluirían también los memorables ladrillos. Los fogonazos destellaban al azar, pero ninguno de los fotógrafos gritaba, como suelen hacer. La calma de la escena parecía una prolongación de la galería de Rothko, en la puerta de al lado".
Sábado
(fragmento) Ian McEwan

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