Textos "breves como fotos"_35

Toda la mañana, a pesar del trabajo y de las reuniones, me han pasado por la cabeza voces, sombras y caras -reales e imaginadas-, y he creído ver a tu primo. Aquél del que ya me has hablado dos o tres veces ¿recuerdas?; aquél que ilustró con las imágenes más eróticas tu adolescencia y, por lo que me cuentas, también tu juventud, tu madurez y tu senectud, siendo seguramente el motivo más repetido de tus masturbaciones. Efectivamente creo que debes ir a verlo; sesenta y ocho años empiezan a ser muchos y no deberías seguir dejándolo para otro día.

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