Textos "breves como fotos"_38

Como en las últimas semanas, la hora del paseo diario transcurría sin el más mínimo aliciente y ya daba mis pasos mecánicamente, sin prestar atención al paisaje ni a los seres vivos con los que me cruzaba. La frondosa vegetación, el cauce desbordado del río y la espesa lluvia, no conseguían alejarme de mis pensamientos abstractos. Tampoco me distraían ni el paso de los elefantes, ni la pantera recostada en su rama, ni la gran serpiente que se enroscaba sigilosa en el tronco de un árbol gigantesco, abarrotado por mil pájaros de colores y tamaños muy diversos.

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