Biblioteca de instantáneas_07

Situó el reflector encima de Bice, acercó la cámara, se agitó bajo el paño para regular la apertura del objetivo. Miró. Bice estaba desnuda.
El vestido se había deslizado hasta los pies; debajo no llevaba nada; había dado un paso adelante; no, un paso atrás, que era como si avanzara toda entera en el cuadro; estaba erguida, alta delante de la cámara, tranquila, mirando hacia adelante, como si estuviera sola.
Antonino sintió que la visión de ella le entraba por los ojos y ocupaba todo el campo visual, lo sustraía al flujo de las imágenes casuales y fragmentarias, concentraba tiempo y espacio en forma finita. Y como si esta sorpresa de la visión y la impresión de la placa fueran dos reflejos ligados entre sí, apretó en seguida el disparador, volvió a cargar la cámara, disparó, puso otra placa, disparó, siguió cambiando placas y disparando, mientras farfullaba, ahogado por el paño:
Eso es, ahora sí, así está bien, eso es, otra vez, así sales bien, otra vez.
No tenía más placas. Salió de debajo del paño. Estaba contento. Delante de él, Bice, desnuda, esperaba".
La aventura de un fotógrafo
(fragmento) Italo Calvino

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