Biblioteca de instantáneas_17

“Siempre me ha desagradado que me fotografíen, pero me desagradaba enormemente que lo hiciera Anna. Resulta extraño decirlo, lo sé, pero cuando ella estaba detrás de la cámara era una persona ciega, algo moría en sus ojos, se extinguía una luz esencial. Parecía no mirar a través de la lente, a su objeto, sino escrutar su interior, mirar hacia adentro, en busca de alguna perspectiva definitoria, un punto de vista esencial. Sujetaba firmemente la cámara a nivel del ojo, asomaba a un lado su cabeza de ave de presa y se quedaba mirando un segundo, sin ver, posiblemente, como si tus rasgos estuvieran escritos en una especie de braille y ella fuera capaz de leerlo a distancia; cuando apretaba el disparador parecía que eso era lo menos importante, nada más que un gesto para aplacar a la máquina. En nuestros primeros días juntos fui lo bastante imprudente para dejar que me convenciera de posar para ella unas cuantas veces, los resultados fueron espantosamente descarnados, espantosamente reveladores. En esa media docena de fotos en blanco y negro de cabeza y torso que me sacó -y sacó es la palabra-, me vi más crudamente al descubierto de lo que habría estado en un estudio de cuerpo entero sin nada encima".
El mar
(fragmento) John Banville

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