Bibliografía ocasional_02
"Hacia el final de su vida, Aby Warburg (1866-1929) encontró una forma nueva que empezó a responder sus preguntas sobre las imágenes. Las preguntas se habían centrado en la relación entre la historia y la memoria. Por alguna razón, las prácticas convencionales de la historia del arte habían dejado insatisfecho a Warburg. Había una lógica más profunda, creía él, entre ciertas imágenes clásicas, y entre las imágenes clásicas y las posteriores.
Esta búsqueda incansable le llevó a acumular una característica biblioteca de estudios renacentistas (la biblioteca se trasladó de Hamburgo a Londres después de su muerte y se convirtió en el núcleo del Instituto Warburg). También fue esta búsqueda la que le empujó a viajar a Estados Unidos y a vivir varios meses con los hopi y los zuñi a mediados de la última década del siglo XIX. La gran revelación se produjo muchos años después, en 1924, cuando Warburg colocó grandes paneles de tela negra y empezó a clavar en ellos recortes de cuadros sacados de periódicos y revistas, grabados y fotografías de grabados. Cada panel se organizaba en torno a una idea, un tema complejo, y la secuencia de imágenes era tanto una cuestión de reiteración como de saltos imaginativos.
Un panel era una exploración de la vida de ciertas formas del clasicismo tras la muerte del movimiento artístico, organizada en torno a un cuadro de Ghirlandaio. Otro consideraba el valor iconológico de la figura de la ninfa huidiza, y en él había cuadros de Botticelli y Rafael, además de una fotografía de una joven de Hamburgo. Los paneles del Atlas Mnemosyne de Warburg deben algo a la imaginación sistemática heredada del siglo XVIII y los atlas de la época. Pero hay algo más: no es ni sistemático ni completo. Toma prestada la forma del atlas para hacer algo más surreal, más sugerente y más emotivo".