Textos "breves como fotos"_61

Me imagino ahora mismo en tu cuerpo —delgado, esbelto y sobre todo femenino— como si fuera el mío desde siempre. La cama que me acoge es invisible y floto a la deriva de mi propia ensoñación. Por tus ojos contemplo las trazas de tus pies sin defectos; la estilizada musculatura de tus piernas y la fina precisión de tus rodillas; el reposo que inspiran tus caderas y la suave pendiente de tu vientre, por la que se desliza mi mano hacia El Origen del Mundo.

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